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Durante los años ‘70 numerosos militantes de organizaciones armadas fueron asesinados y desaparecidos en Argentina, a manos del ejército y organizaciones paramilitares de ultraderecha. Veinte años después, sus hijos se agruparon para reivindicar la memoria de sus padres, buscar la verdad sobre las circunstancias de su muerte y exigir justicia. Otros diez años después, comenzaron a surgir las primeras películas de hijos de detenidos desaparecidos, formando rápidamente un numeroso corpus que ya ha pasado a constituir un subgénero. En diálogo con textos literarios también de hijos, estas películas abordaron gradualmente temas tabú en relación a las victimas del terrorismo de estado, principalmente en lo tocante a su participación en la lucha armada. En este ensayo, analizo dos películas autobiográficas recientes, El premio (Paula Markivitch, 2011) e Infancia clandestina (Benjamin Ávila, 2012), enfocadas en la lucha armada y la militancia clandestina desde la perspectiva de protagonistas niños en rol de hijos. Me interesa, especialmente, pensar el tratamiento y representación de la violencia ejercida por ambos grupos en pugna: militares y militantes o guerrilleros, incluyendo la decisión de contar la historia desde la mirada infantil. ¿Cómo se relacionan ambas películas con los discursos y debates sobre el uso de la violencia política revolucionaria que han circulado en la esfera pública? ¿Cuál es su valoración de la lucha armada? ¿Cómo entra en ellas el presente político y qué dicen sobre él mismo?, son algunas de las preguntas que intentaré responder a lo largo del ensayo.