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Virtual Exhibit Hall
Sin los brazos y las manos de los migrantes bolivianos, paraguayos y peruanos, la industria de la moda con sede en las zonas metropolitanas de Sao Paulo y de Buenos Aires se paralizaría. Esta es la sensación que se tiene al profundizar en el estudio del territorio circulatorio (Tarrius, 2000) de costureros sudamericanos entre Los Andes y las urbes del Cono Sur. Los talleres de costura son los lugares de habitación y de trabajo de esos sujetos, que se insertan en los circuitos populares de la moda en Brasil y Argentina (Benencia, 2009). El alto precio de la renta en los barrios céntricos de esas ciudades tiene como contraparte lo que se paga por prenda confeccionada: raramente rebasa U$1, en jornadas laborales de por lo menos quince horas diarias. Estos y otros elementos de la relación laboral instituida entre los gestores del taller y los costureros, han dado margen a su caracterización como trabajo esclavo. En el presente trabajo, revisito la etnografía de piso (Burawoy, 1989) como forma de recolectar información y construir el objeto de estudio de manera participativa-laboral, es decir, a través de la inserción del investigador en el proceso productivo. En el presente caso, eso significó insertarme como un costurero más en un taller con migrantes bolivianos en el centro de Sao Paulo, al utilizar el propio cuerpo para aprender el lenguaje, las prácticas y normas de conducta internas al taller de costura (Ariza y Velasco, 2012).